Coaching en la adolescencia. La adolescencia es un momento de cambio y crecimiento, pero también puede ser desafiante para los jóvenes y sus padres. El coaching en la adolescencia es una herramienta valiosa para ayudar a los jóvenes a enfrentar desafíos y alcanzar su máximo potencial.
El insomnio es un trastorno del sueño que se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormido o despertarse temprano y no poder volver a dormir. Es un trastorno común y afecta a millones de personas en todo el mundo. Si te encuentras luchando por conciliar el sueño o tener un sueño duradero, es posible que desees considerar la ayuda de un profesional. Si tienes problemas de sueño, acércate a nosotros y te ayudaremos a encontrar una solución para mejorar tu sueño.
El movimiento Slow Living es una filosofía de vida que promueve la desaceleración del ritmo de vida moderno y la adopción de un estilo de vida más consciente y equilibrado. Se fundamenta en el modo de vivir prestando atención plena al momento presente, enfocando los sentidos en lo que se está haciendo o contemplando en ese preciso instante. Se trata así de disfrutar de cada momento, dedicando a cada tarea el tiempo que sea necesario para hacerlo bien.
La psicoterapia cognitivo-conductual es una forma altamente efectiva de tratamiento para una amplia variedad de problemas emocionales y conductuales. Se basa en la idea de que los pensamientos, las emociones y las conductas están interrelacionados y que pueden influenciarse mutuamente.
El Mindfulness en el deporte. La aplicación del mindfulness al deporte nos permite reducir el estrés y mejorar nuestro estado de ánimo. El Mindfulness tiene numerosos beneficios a nivel físico y mental, como la disminución del estrés y la ansiedad, y la mejora en problemas de concentración, entre otros. Enfocado al deporte, mejora el rendimiento de los deportistas, ayudando a estar completamente presente en el juego o entrenamiento, sin distracciones ni pensamientos innecesarios.
Lo tengo todo, y no soy feliz. ¿Te suena? A nosotros, los Psicólogos de Valdemoro, sí. A menudo escuchamos esta frase. Algunos pacientes sienten que su vida está bien, e incluso, muy bien. Tienen un buen trabajo, han conseguido muchas de las cosas que querían, pareja, familia, amigos…Sin embargo, algo falta, y no se sienten bien.
Comunicación entre padres y adolescentes. La comunicación entre padres e hijos adolescentes es muchas veces, motivo de consulta para los Psicólogos en Valdemoro. Los padres se angustian porque sus hijos no quieren hablar. Los hijos no ven en sus padres alguien que pueda entenderlos. Y mientras tanto, nadie habla con nadie.
Cuando sufrimos, normalmente, buscamos ayuda y queremos soluciones rápidas. En la salud mental también. Algunos cuando sufren consumen drogas, comen o beben más. Otros hacen deporte, yoga o meditación, y muchos otros, acuden a un profesional de la psicología. Cada vez más pacientes acuden a consultas de Psicología en Valdemoro. Los motivos son muy diversos. Sufrimos de ansiedad, estrés, depresión, adicciones, o simplemente nos sentimos mal con nosotros mismos, nuestra vida, nuestra pareja, nuestro trabajo.
Cuando nos encontramos mal, angustiados, tristes, buscamos un remedio rápido. Necesitamos saber qué hacer. A ser posible, un remedio eficaz e inmediato, pero a la vez fácil y barato.
En las consultas de Psicólogos en Valdemoro, a veces nos encontramos con que el paciente nos pide pautas. Parece que el mundo de los tips y las pautas nos ha invadido, como también lo ha hecho en otros ámbitos.
Mi hijo acude a terapia. Hace tiempo decidimos llevar a nuestro hijo a terapia con un psicólogo, y buscamos Psicólogos en Valdemoro. La decisión no fue fácil, ni para él ni para nosotros. Tenía 14 años cuando lo decidimos. Ahora lleva un año en terapia. Su madre y yo teníamos muchas dudas. Queríamos lo mejor para él, pero no teníamos claro si la solución era consultar con un psicólogo. Yo era más reacio que su madre. Siempre he pensado que los psicólogos son para las personas que no saben solucionar sus problemas por sí mismos, y no quería que mi hijo fuera una de esas personas. Sin embargo, me di cuenta de que necesitaba ayuda, y de que nosotros, sus padres, no podíamos proporcionársela. Recuerdo sentirme fracasado por ello. Ahora pienso que es bueno que los padres asumamos que no todo está en nuestras manos, en lo que se refiere a nuestros hijos.